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Estructura y organismos

  • Writer: MIGUEL A MERCADO-MORALES
    MIGUEL A MERCADO-MORALES
  • Apr 14
  • 4 min read

Updated: May 12


En el capítulo V de su libro, El orden frágil de la arquitectura, Joaquim España analiza la relación entre el orden y la forma en la arquitectura, centrándose en la idea de que el orden no es algo frágil, como dice el título de su libro, sino una constante que se manifiesta de diversas maneras a lo largo de la historia arquitectónica. Aunque el orden puede en ocasiones parecer frágil, su presencia es omnipresente en obras consideradas de buen diseño arquitectónico. El orden, entendido como una estructura de relaciones formales, ha sido fundamental en la arquitectura a lo largo de la historia, particularmente en obras reconocidas. Joaquim identifica una serie de herramientas que los arquitectos utilizan para crear orden en sus diseños, incluyendo la geometría, la simetría, la repetición, la inflexión, la articulación y la homogeneidad. Estas herramientas no son exclusivas de un estilo arquitectónico en particular, sino que se han utilizado en una variedad de contextos y culturas. Esto no significa que toda la arquitectura deba ser simétrica o predecible, sino que incluso en las obras más caóticas y complejas, existe un sistema subyacente que organiza los elementos. Se distingue entre la estructura formal (el orden visual) y la estructura funcional (el uso del espacio). Ambos aspectos son importantes, pero pueden no siempre coincidir. Aunque se puede llegar a un entendimiento intuitivo del orden, la habilidad para integrar diferentes elementos en un proyecto arquitectónico requiere un manejo riguroso de los detalles. Joaquim sugiere que a menudo se confunde el orden con la simple aplicación de proporciones, lo cual no garantiza una cohesión efectiva. El autor señala que la arquitectura no puede ser entendida únicamente a través de medidas y proporciones. La sensibilidad individual y cultural de diferentes épocas influye en cómo se percibe y define el orden en la arquitectura.


Museo Guggenheim de Bilbao de Frank O. Gehry

 

Frank O. Gehry utiliza en el Museo Guggenheim de Bilbao formas fluidas y asimétricas que desafían las convenciones arquitectónicas tradicionales. Las paredes y techos del museo están diseñados en curvas y pliegues, creando un lenguaje visual dinámico que contrasta con los edificios rígidos y rectilíneos que predominan en su entorno. Esta fluidez permite que los espacios interiores fluyan de manera más natural, ofreciendo una experiencia de movimiento orgánico. Entender cómo Frank O. Gehry logra el orden en el Museo Guggenheim Bilbao es un ejercicio que requiere mirar más allá de la aparente aleatoriedad y caos de sus formas. Aunque a primera vista el museo parece una explosión de titanio y curvas aleatorias, una mirada más minuciosa revela una serie de estrategias que proporcionan orden al conjunto. Gehry logra el orden en el Museo Guggenheim de Bilbao mediante un enfoque de diseño que combina formas esculturales con una estructuración funcional y coherente. A través del uso innovador de materiales, un diseño atento a la circulación y un enfoque donde la unidad formal se mantiene a pesar de la diversidad de sus componentes, Gehry crea un espacio que es tanto visualmente impactante como funcionalmente ordenado. Logra un equilibrio entre el orden y la complejidad, lo que se traduce en una experiencia visual y espacial única. A pesar de la irregularidad de las formas, el museo está organizado de tal manera que los diferentes espacios (salas de exposiciones, auditorios, áreas de servicio) se conectan de forma coherente. Gehry logra esto mediante la disposición y el diseño de los caminos y pasillos, que invitan a los visitantes a explorar y navegar a través de la colección de arte de manera intuitiva.

Museo Guggenheim de Bilbao de Frank O. Gehry (Fotos obtenidas de isado.net)


Distinto al Museo Guggenheim de Bilbao, El Kursaal de Rafael Moneo presenta un diseño con formas geométricas definidas, que incluyen bloques prismáticos que están dispuestos simétricamente. Esta claridad en la forma genera, de por si misma, una sensación de orden y equilibrio. Aunque el diseño es asimétrico en su disposición, la forma general del edificio se percibe como equilibrada y ordenada debido a la organización de sus volúmenes. Moneo utiliza estas formas para guiar al espectador y estructurar la manera en que se experimenta el espacio. Las estructuras parecen estar cuidadosamente alineadas, lo que crea una estética visualmente armónica. Moneo sitúa el Kursaal de manera que se conecte con su contexto urbano y natural. Al estar ubicado junto al río Urumea y enfrente de la playa de La Zurriola, el diseño considera las vistas panorámicas y la relación con el paisaje circundante. Esta integración contextual ayuda a establecer un sentido de orden en relación con el entorno, haciendo del edificio una extensión del paisaje urbano.



Krusaal de Rafael Moneo en San Sebastián (Fotos obtenidas de isado.net)  


Estas dos grandes obras arquitectónicas (el Museo Guggenheim de Bilbao y el Palacio de Congresos y Auditorio Kursaal) reflejan que existe una tensión entre la necesidad de crear orden y la voluntad de explorar la complejidad en la arquitectura. Los arquitectos deben encontrar un equilibrio entre estos dos acercamientos, creando diseños que sean a la vez coherentes y estimulantes.  Independientemente de que formas escojan para los componentes de sus diseños los mismos deben reflejar orden y coherencia entre ellos.

 
 
 

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